viernes, 16 de septiembre de 2011

Templarismo masònico

 


He recibido varias veces la pregunta sobre cual es el objeto de la Orden Templaria en este siglo XXI tan alejado de los intereses y necesidades que promovieron la formación de esta Orden de Caballerìa en los albores del siglo XII.

Estimo que para nosotros los masones de hoy, que supimos hacer el trànsito necesario de lo operativo a lo especulativo, que no nos sentimos menos Iniciados que nuestros Hermanos constructores de siglos atràs, y que podemos entender claramente como el hacer material y exterior de esos adeptos pudo devenir en el hacer iniciàtico e interior de los masones contemporaneos; podemos tambièn entender con facilidad como el Templario guerrero que libraba sangrientas batallas en defensa de su Fe y su Rey (símbolos de la unidad del pueblo con su Dios y el arquetipo del poder ejercido con justicia) pudo devenir en el Caballero Templario de nuestra sociedad contemporanea, que ahora tiene por misiòn librar batallas no menos cruentas, pero en el interior de sì mismo.
Trabajar en su construcciòn de hombre justo, noble y virtuoso, en esta realidad cotidiana en la que la sola supervivencia es un desafìo que pone frecuentemente al Hombre al borde de los valores inmutables del Ser Humano; y no solo sostener esa integridad sino tambièn potenciarla, no es una tarea menor para los Hombres que han abrazado esta Tradición.
Tambièn està la defensa de su Fe, hacia adentro y hacia afuera.
Hacia adentro abortando el ataque permanente que desde el exterior intenta vulnerar su confianza en Dios; hacia afuera custodiando los caminos que conducen a lo Sagrado, muchos de los cuales ya han sido invadidos y han caìdo bajo el ataque sin tregua  del racionalismo integrista, y el relativismo y escepticismo espiritual. 

En Buenos Aires, desde hace 100 años, està establecido el templarismo masònico a travès de la Preceptorìa San Martín Nº191, del Gran Priorato de las Ordenes Unidas, Religiosas, Militares y Masònicas, del Temple y de San Juan de Jerusalem, Palestina, Rodas y Malta.
Un cenàculo de Caballeros Masones herederos de los Pobres Soldados de Cristo. 

Aliwenkura

miércoles, 19 de enero de 2011

Sobre la Suprema Orden de los Masones del Santo Real Arco de Jerusalem


El Real Arco, o Santo Real Arco como lo denomina el rito inglès, es una tradiciòn contemporanea a la fundaciòn de la Gran Logia de Londres (1717). Su orìgen es largamente debatido por los investigadores, sin que haya acuerdos precisos. Hay suficiente evidencia de que en Logias inglesas, escocesas e irlandesas de la segunda mitad del 1600 ya se practicaba ritos con elementos simbòlicos y litùrgicos propios de lo que mas tarde serìa la estructura del Real Arco.
La primera mención escrita fue publicada en 1743, en la que se da cuenta de una procesiòn del Royal Arch en el condado de Cork, Irlanda, el dìa de San Juan evangelista.
Lo cierto es que en el Acta de Uniòn de 1813 entre los “Antiguos” y los “Modernos”, (las dos facciones que pugnaban por representar la masonería especulativa), y que darìa lugar a la fundaciòn de la Gran logia Unida de Inglaterra, se señala que "…la pura y antigua masonería consta de tres grados y no màs, a saber, los de Aprendiz, Compañero y Maestro Masòn, incluyendo la Orden Suprema del Santo Real Arco".
El año1766 verìa nacer en Inglaterra el primer Gran Capìtulo Real Arco en el mundo.
Esta Orden reserva un conocimiento que queda trunco cuando la masonería simbòlica (logia) transmite el Grado de Maestro Masòn, de alli que los Maestros deban recurrir a esta fuente para lograr la totalidad del conocimiento y las prerrogativas iniciàticas de su grado; y de ahí que al Real Arco se lo mencione frecuentemente como el complemento del grado de Maestro. Pero esta mención no hace justicia a los alcances de este rito. El Real Arco es el vértice de la antigua y pura masonería; no solo otorga al Maestro un conocimiento que en su grado estaba incompleto, sino que lo provee de un saber y un posicionamiento iniciàtico que excede el mero cierre simbòlico de la maestrìa.

Entre los años 1954 y 1956 se crean en Buenos Aires tres Capìtulos Real Arco, Argentina Nº1, Buenos Aires Nº2 y Rìo de la Plata Nº3, que en el año 1957 daràn lugar a la instalaciòn del Gran Capìtulo Real Arco de la Argentina.
Con su sede en el mismo edificio en que funciona la Gran Logia de la Argentina y el Supremo Consejo del Rito Escocès Antiguo y Aceptado, el Real Arco argentino cuenta hoy con numerosos Capìtulos que se hallan expandidos por todo el paìs.

aliwenkura
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